Como el ave fenix renace de sus cenizas, nos levantamos del suelo para seguir, seguir hasta concretar nuestro objetivo, cansados, sucios, heridos, transpirados, mojados, con la tabla llena de tierra y frustrados luego de ver que nada sale, nos paramos y vamos devuelta al siguiente intento, con un solo objetivo, terminar con lo que empezamos, bajar la prueba, caer el truco. Picar, atrapar, aterrizar y seguir andando arriba de una tabla de cuatro ruedas...